Permacultura, ecoloxía, movimientos sociales, contrainformación, dreitos del home, cultura y muito más visto desde un pequeiñu güertu de Senabria sobre os llizaces del mundu rural, indixenista, llibertariu y ancestral
Permacultura, ecologìa, movimientos sociales, contrainformaciòn, derechos humanos, cultura y mucho màs visto desde un pequeño huerto de Sanabria sobre las bases del mundo rural, indigenista, libertario y ancestral

CRÓNICA DE UN BULEVAR MALDITO PARA EL HUERTO DEL POZO



Mirian Izquierdo

Nací y crecí entre Gamonal y Capiscol, dos barrios obreros colindantes que se anexionaron a la ciudad de Burgos en los años 50. 
Allá por los 60 mi madre, junto con su familia, se vino del pueblo a trabajar a Gamonal, el cual por entonces tenía un importante polo de industrialización y demandaba mano de obra. Cuenta mi madre, que en la barriada Inmaculada había mucha gente llegada de Andalucía y de pueblos de la provincia de Burgos y alrededores, todos con un mismo propósito: trabajar y mejorar su vida.

Cuentan las personas mayores del barrio que la anexión de Gamonal de Rio Pico a Burgos en 1954 fue un error. El agua fue el arma que el ayuntamiento de Burgos utilizó para conseguir su anexión. Gamonal no estaba preparado para ofrecer servicios de saneamiento, luz o transporte a esa gran cantidad de población que se había instalado en el pueblo. De manera que el compromiso de ofrecer estos servicios, junto con la financiación de las fiestas populares de Gamonal, fue lo que el Ayto. de Burgos utilizó como contrapartida para lograr la anexión, y con ello quedarse con los impuestos que la Industria generaba, manteniendo eso si a la clase obrera en barrios sociales, alejada del centro de la ciudad.
Durante los primeros años de industrialización en Gamonal  se construyó sin planes urbanísticos y  acorde a la parcelación rural. Se construyeron casas baratas, sin orden ninguno y sin apenas servicios de calidad.
Tiempo después, en los 80 y 90,  décadas en las que paso mi niñez y adolescencia,  Gamonal seguía siendo un barrio obrero de Burgos, prácticamente sin ordenamiento urbanístico y ajeno al señorial centro histórico. Recuerdo vestirme de “domingo” cuando “bajaba a Burgos” (o sea al centro de la ciudad). Recuerdo que a Gamonal se le denominaba “Villa Olímpica” porque  la gente íbamos mayoritariamente en chándal, y que las calles Eladio Perlado y Juan XXIII se las llamaba Juan Veintibronx y Eladio Perharlem.  Recuerdo muchas cosas de mi barrio y estas permanecen en nuestra memoria histórica. 
Años después, muchos jóvenes se fueron a otros barrios nuevos de la ciudad, pero cercanos a Gamonal. Otros/as  jóvenes nos fuimos de Burgos para estudiar y trabajar, y en definitiva tener más oportunidades.  No volví a Burgos hasta 2012, con  31 años y en plena crisis económica. Regrese al barrio sin trabajo y a casa de mis padres. Mi última experiencia laboral había sido como cooperante en Centroamérica. Pensé que mi formación y experiencia fuera de Burgos serviría para estar solo de paso por aquí, pronto encontraría algo. Inocente!!!!, Termine planteándome proyectos en Burgos y me quede. Pase a ser una más de las 18.000 personas paradas de mi barrio.
Durante estos dos años he seguido formándome y no he parado de hacer cosas y moverme, e incluso he tenido contratos temporales de limpiadora (si, esa señora invisible que barre y friega los portales). Un trabajo que en su día compatibilice con la universidad, allá en el “siglo pasado” cuando ingenua de mi creía que si te lo currabas y te esforzabas tendrías un trabajo y una vida digna y también se te premiaría o incluso podrías emprender algo!!!. 
No cuento nada nuevo, muchas personas se identificarán con mi barrio e incluso con mis circunstancias.
Llegue pensando que España era otra cosa, que las injusticias sociales y económicas que había presenciado en Centroamérica eran, pues eso, de allí. Otra vez, inocente!!!. Por supuesto la situación no es comparable, pero llegué a un Burgos con desempleo, pobreza,  con caciques y familias que ostentan el poder económico y político de la ciudad, y con unos políticos prepotentes y autoritarios capaces de hacer oídos sordos a la participación ciudadana. Creo que a día de hoy, después de 12 años fuera, permanece ese clasismo que hacía que a las personas de Gamonal se nos atribuyeran calificativos que rozaban lo gracioso con lo despectivo. 

Y entre todo este contexto social y económico de Gamonal, estaba el problema de aparcamiento grave provocado por esa planificación desordenada y el haber tenido a este barrio olvidado por el Ayuntamiento durante décadas. Un ayuntamiento más preocupado en la difusión de Burgos como  capital gastronómica, el Museo de la Evolución Humana o la construcción de obras faraónicas como el Bulevar que en dar soluciones concretas a las necesidades de las personas. 
Desde las asociaciones de vecinos y vecinas y de comerciantes del barrio se propusieron soluciones al problema de aparcamiento del barrio y se dieron argumentos suficientes para que el equipo de gobierno se replantease un poco el proyecto. Se argumentó, entre otras cosas, riesgo de derrumbe de las viviendas,  perdida de ventas del pequeño comercio durante las obras y  que  no era el momento económico para hacerlo pues existían otras prioridades en el barrio.
 Gamonal, como muchos lugares de España, sufre un empobrecimiento y envejecimiento, con un alto índice de paro, desahucios, una biblioteca hecha un cristo, falta de guarderías públicas, recortes en el alumbrado público y en la calefacción de instalaciones públicas, entre otras cosas.

Durante noviembre y diciembre acudí sin estar organizada a manifestaciones pacíficas.  Me sorprendió no ver a demasiados jóvenes (sino más bien abueletes) en las acciones contra el Bulevar.
¿Donde está la juventud? Nos preguntábamos algunas. Me fui de viaje por navidad pensando en la cobardía y el miedo, y en que estamos en la rueda de dejar que la clase política haga lo que quiera.
Otra vez más pequé de  ingenua!!!, la juventud estaba organizando lo que ha ocurrido estos días, que no ha sido más que el colofón final de la hartura del barrio de Gamonal y Capiscol y de mucha población. Ha sido la respuesta a casi un año de intentos pacíficos de consensuar un problema que todo el mundo es consciente de que existe en Gamonal: el desorden urbanístico del barrio con un trasfondo social, político y económico.
Recibí mensajes de amigas que estaban en la Zona Cero…busque conexión, leí noticias….que alegría!!!, mi barrio está más vivo que nunca!!!.
Se han dicho muchas mentiras del llamado “efecto Gamonal”, algunas rozaban lo absurdo y ridículo (calificándonos una vez más y de manera despectiva como aberchandal o vinculándonos a la kale borroka).  También se nos ha tratado como vándalos y vándalas, (como por ejemplo poniendo  furgones de la policía en la puerta de un centro cívico donde mayoritariamente suele haber ancianitos, ancianitas e infancia).  
La violencia es injustificable, pero cuando se imponen cosas, cuando no se escucha la participación ciudadana pacífica, cuando un alcalde se empeña en un proyecto urbanístico que no tiene sentido ahora mismo, cuando el gobierno  prepotente y soberbio del ayuntamiento nos impone un proyecto urbanístico, ahí entonces, se arde en cólera.
¿Que queda ahora después de haber suspendido el Bulevar definitivamente? Estructurar la organización y mejorar. Que haya un relevo  generacional y que las personas mayores nos enseñen cultura política a los más jóvenes en un barrio donde existe  un fuerte asociacionismo. 
Una gamonalera

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