Permacultura, ecoloxía, movimientos sociales, contrainformación, dreitos del home, cultura y muito más visto desde un pequeiñu güertu de Senabria sobre os llizaces del mundu rural, indixenista, llibertariu y ancestral
Permacultura, ecologìa, movimientos sociales, contrainformaciòn, derechos humanos, cultura y mucho màs visto desde un pequeño huerto de Sanabria sobre las bases del mundo rural, indigenista, libertario y ancestral

B´aktun Maya o 21 de diciembre de 2012. Desmintiendo adaptaciones occidentales.


 "Cuando soplan vientos de cambios, algunos contruyen muros, otros molinos"

Es mucho lo que se habla desde la sociedad occidental del 21 de diciembre de 2012 o B´aktun, pero cusirosamente nunca sale la población maya hablando. Se usan los antiguos mayas como reclamo turístico, mientras que los actuales mayas se les margina, ignora, cuando no se les retira de sus tierras de forma violenta para explotar los mal llamados recursos naturales de sus territorios originarios. Digo mal llamados recursos porque realmente es patrimonio natural, y así se debería entender. Continuando y aclarando el  B´aktun solo quiero añadir que el cambio no es solo un día, sino que es un proceso que se lleva dando durante los últimos tiempos, y muestra de ellos son las crisis ambiental, social, ética y menos importante, la económica, que vivimos hoy en día. No hay que olvidar que crisis tiene el significado de cambio en las culturas clásicas y en latín, y que si lo que te rodea te parece indigno tienes que comenzar a modificar tus hábitos para cambiar tu entorno. El cambio empieza por uno mism, es necesario descubrir nuestras capacidades y aportalas al mundo

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La Revolución Silenciosa. Aprendizaje de un viaje rumbo al Sur.

"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, 
haciendo pequeñas cosas, pueden cambiar el mundo "


Llegamos al final del 2012 y nos toca recordar lo aprendido este año, donde  personalmente me di cuenta que la mayor parte de las grandes ideas están flotando en el aire, y hay varias  personas dándole vueltas simultáneamente. El caso más impactante que me ha ocurrido en los últimos tiempos es que al mismo tiempo que estaba ideando mi proyecto de El Huerto del Pozo a miles de kilómetros de Sanabria, en algún lugar de la Península Ibérica, varias personas estaban sentando las bases para el proyecto de la Sierra de la Culebra, con unos componentes muy similares en ambos casos,  y en el mismo espacio geográfico, Sanabria y La Carballeda ¡increíble!. Este año también aprendí que para ser feliz tienes que luchar por lo que quieres, asimismo me he dado cuenta que al igual que una montaña, el mar, una gran pirámide, un lago... solo puedes ver lo grande que es algo cuando tienes perspectiva, es decir, te tienes que alejar (espacial o temporalmente), para comprender su inmensidad, debido a esto empecé mi viaje de aprendizaje para traer nuevas ideas conmigo a Sanabria, ya que en la comarca existe una imagen de pesimismo y  derrotismo  que se traduce en un pensamiento colectivo generalizado de que ya nada se puede hacer. Ahora queremos vencer esos miedos con los distintos proyectos que están surgiendo y vuelven a traer a Sanabria gente joven, ya que en nuestros días están surgiendo alternativas a nuestro mundo consumista capitalista en muchos lugares del mundo aplicables a Sanabria y con diversos enfoques. La Revolución Silenciosa había comenzado. Obviamente en la mayor parte de estos lugares ya existían alternativas desde hace tiempo, pero en la actualidad se están adaptando para combatir a este mundo occidentalizado con diferentes herramientas que conforman modos de vida más equitativos y que se encuentran en armonía con la naturaleza que nos sustenta.

Comencé mi viaje para conocer estos planteamientos alternativos de vida en California, para llegar hasta La Patagonia, y posteriormente continuar hacia Brasil pasando por Argentina, comenzando en 2011 y terminando en 2012, año no elegido por casualidad. En este tiempo me di cuenta de que somos más las personas que buscan el cambio de los que dicen que somos. Durante varios meses, y miles de kilómetros, me desplazaba a dedo, lo cual me permitió conocer gente muy diversa, y trabajé en más de 16 ecoaldeas o proyectos comunitarios (de 16 países diferentes) como Viracocha en Colombia, Mastatal en Costa Rica, El Espino en Chile...basados en la permacultura, donde aprendí tanto práctica en el campo como elementos emocionales de mi mismo indispensables para mantener una buena relación con el entorno y las personas. En el período de tiempo que transcurrió en mi marcha me dio tiempo a observar similitudes en fondo y forma de desobediencia civil pacífica, en este caso me voy a concentrar en el mundo rural, y más en concreto en las ecoaldeas u organizaciones horizontales similares que se basan en la permacultura con mayor o menor intensidad. Pienso que el buen vivir o vivir bien tiene un ámbito, que pensado desde lo local puede tener repercusiones en lo global, aplicando todos los principios geográficos, se propone entonces un ámbito de acción a partir de la gestión participativa comunitaria, escala geográfica que permite a los actores, gobierno oficial (en caso de que exista) y ciudadanía, interrelacionarse de forma más efectiva y generar sus propias soluciones y alternativas.

Por desgracia, en el mundo occidental en el que me tocó nacer, el dinero brilla tanto que deslumbra a las personas y esto lleva a que haya demasiados espectadores y pocos protagonistas, y a los que se comprometen por mejorar se les persigue y aniquila, sin embargo si luchas puedes perder, pero si no luchas estas perdido. Pero hay otro mundo en el útero de ese mundo esperando a que llegue su momento, y yo pienso que este el momento del cambio. Otro mundo no solo es posible, es necesario, un mundo en el que entren todos los mundos. De nuestra actitud dependerá nuestro futuro ya que si tu cambias, cambia tu entorno, y es que solo hay salud si en el espejo del alma se refleja toda la comunidad, y en la comunidad vive la fuerza individual de cada uno.

Al contrario de lo que muchos puedan pensar, nos encontramos a las puertas del momento más extraordinario que ha vivido la especie humana, el momento del despertar  de nuestras conciencias.  A muchas personas les hubiera gustado vivir este momento, pero no ha podido ser. Continuamente me pregunto ¿comienza lo mejor o termina lo peor?.

En cualquier caso, tenemos que ser plenamente conscientes de que ese cambio no se realizará de la noche a la mañana como por arte de magia. Todas las personas que soñamos con ese mundo de paz y armonía tendremos que trabajar para lograrlo por eso ahora que soplan vientos de cambio debemos construir molinos y no muros. Primero, debemos cambiar nosotras y nosotros, en nuestro interior, para que pueda cambiar también lo que nos rodea. Nosotros creamos nuestra realidad y esa realidad es el reflejo de lo que tenemos dentro. Sin una espiritualidad, sin una experiencia radical del ser, no conseguiremos hacer una travesía feliz. Es imprescindible defender la dignidad humana porque para un ser humano no hay nada más importante que su dignidad y nada más digno que luchar por lo justo. Es hora de despertar la conciencia.

Personalmente opino que antes de ofrecer posibles soluciones glocales es necesario hacer un poco de memoria  histórica ya que para construir el nuevo futuro hay que conocer el pasado. Cabe la pena recordar que las llamadas "sociedades primitivas" ofrecían un primer ejemplo de sociedades no estructuradas por el trabajo y el materialismo. No existían en ellas una distinción clara entre actividades que se suponen productivas y el resto. Lo cual indujo a Marshall Sahlins a hablar de "Edad de Piedra, Edad de abundancia"  para resaltar que "la escasez no es una propiedad intrínseca de los medios técnicos, sino que su percepción nace de relacionar medios con fines" y que los medios técnicos de que disponían las "sociedades primitivas" les permitían cubrir con mucha más holgura sus fines de lo que ocurre en las actuales sociedades "tecnológicas", estando por lo tanto aquellas más cerca de la abundancia que éstas, tanto en lo material como en lo espiritual ya que existía una conexión y equilibrio con el entrono natural. Ello se debe sobre todo a que en las sociedades cazadoras y recolectoras no existía el afán de acumular riquezas o excedentes que se observa en la nuestra: para ellas los stocks de riquezas estaban en la naturaleza y no tenía sentido acumularlos, ni era posible acarrearlos, por ello eran sociedades más igualitarias. La extensión del afán de acumular riquezas hay que integrarlo en el desplazamiento general de ideas que se observó tras el Renacimiento, es decir con el nacimiento del capitalismo en sus primeras fases tal y como lo conocemos hoy.
Partiendo de este contexto, a mi entender es necesario que recuperemos todo aquello que nos hacía vivir bien en el pasado y por ello en estos momentos y en todos los continentes se están desplegando teorías,  o  diseños de sociedad, ciertamente muy similares. Me refiero a los neo rurales y la permacultura que surge inicialmente desde propuestas occidentales alternativas y al buen vivir originario de comunidades indígenas en los países andinos, y con otros nombres en Mesoamérica. Ambas se encuentran en una fase de desarrollo adolescente y adoptan características propias de esa edad. Por un lado el rechazo a un orden establecido, una negación, un liberarse de las antiguas ideas para poder concebir de nuevas: ambas teorías propugnan abandonar y arrinconar el modelo de crecimiento económico continuo que se demuestra imposible, insostenible y en el origen de las injusticias. Y por otro lado en ese hacerse mayores –como explica el filósofo Maurice Bellet- se abandonan los deseos impulsivos del “todo lo que deseamos, lo tendremos” para dejar de lado la trampa capitalista que nos mantiene prisioneros. Así entendí que la mal llamada enseñanza que reciben hoy los niños y niñas, y que yo también recibí en mis primeras fases de vida, contiene mucha educación mental y poca educación emocional. Las personas jóvenes tienen inquietudes internas, pero están decepcionados.

Con multitud de temas y conversaciones continuaba mi aprendizaje, en la práctica durante el día y la teoría en largos diálogos nocturnos donde se entremezclaban los temas, las persona, los lugares..., aunque en algunos lugares, como el Altiplano boliviano, la enseñanza venía del silencio y es que si no tienes nada más bonito que decir que el silencio es mejor quedarse callado. Me había dado cuenta que el camino en aquellos días se había convertido en mi hogar, y como muy bien dice unas bellas palabras en la fachada de la casa de una buena amiga en Sanabria, "nada más pido, el cielo sobre mi y el camino bajo mis pies". Continuamente me preguntaba ¿quieres ver el mundo?, pues despierta, está bajo tus pies.

Según Aristóteles: el objetivo de los seres humanos es determinar qué es una “Buena vida”, para después dedicarnos a vivirla. Esto es lo que llaman Sumak Kawsay en las culturas andinas. En vista de que el Sumak Kawsay o buen vivir, mal llamado desarrollo sostenible, según su planteamiento original, es inviable en el capitalismo, es imperioso entonces plantear modelos alternativos de desarrollo. Los movimientos locales permaculturales surgen para dar respuesta a las condiciones sociales e individuales a las que reduce a la especie humana el sistema político-económico de dominación global donde lo más grave y lo más destructivo es la pérdida de valores morales. En este sentido, la autosuficiencia alimentaria y a veces energética, es una prioridad. Sin embargo, el sentido que cada uno de ellos le da a la lucha antisistema es radicalmente opuesto, debido a la diferencia del origen de las teorías en las que se sustentan, existen granjas espirituales... Es por ello, que la incidencia social de las mismas, así como sus resultados reales -en caso de ser satisfactorios- son muy diferentes por lo que debemos saber hacia dónde vamos para no dar vueltas y marearnos.

Estamos obligados a un cambio de paradigma civilizatorio. Un cambio de civilización implica fundamentalmente un nuevo comienzo, una nueva relación de sinergia y de mutua pertenencia entre la Tierra y la humanidad, la vivencia de valores ligados a la espiritualidad como el cuidado, el respeto, la colaboración, la solidaridad, la compasión, la convivencia pacífica, y una apertura a las dimensiones trascendentes relacionadas con nuestro sentido último, nuestro y de todo el universo, y es que cuando todo está oscuro aparecen las estrellas. Einstein decía que si buscas resultados diferentes no hagas siempre lo mismo.

La vida, en el más amplio sentido de la palabra, es un ciclo y no lo podemos evitar. Estamos viviendo los últimos años antes de la caída de nuestro imperio, el imperio del  materialismo, el miedo, el consumo y el egoísmo. Todo está en crisis: la  sociedad, la creatividad, la moralidad, los gobiernos, el clima, la economía, la naturaleza.... Todo se está cambiando, y personalmente creo que nuestra civilización es como un tren que va hacia un precipicio, se puede frenar, pero ya no hay tiempo para evitar la caída, solo se puede retrasar, el cambio ya está llegando, es inevitable, aunque lo importante no es la caída, lo importante es cuando llegas al suelo. Todo esto lo tenemos ante nuestros ojos, pero estamos tan dormidos que no nos damos cuenta. Será el fin del sistema como lo conocemos, no el fin del planeta Tierra.

Mi mochila vino llena de escasas pertenencias materiales, pero sí de miles de sensaciones que me hicieron reflexionar y decidí que de mayor quería ser un niño. Al final del viaje no tenía dudas que ese niño debía convertirse en un pensante, es decir, el que piensa y el que actúa. Los intelectuales divorcian la cabeza del cuerpo, ya lo decía Goya, la razón genera monstruos, es necesario razonar y sentir. Es una fusión contradictoria entre lo que siente y lo que se piensa.

Ha llegado el momento de superar los límites de lo posibles y hacer realidad mañana muchos imposibles de hoy, esto no es una utopía, es una entelequia. Una utopía sería que funcione el sistema capitalista neoliberal. Así que ahora te toca a ti cerrar el periódico apagar la televisión y escribir tu propia historia de cambio, que es la misma que la nuestra, y de disfrutar de este sueño que se llama realidad. 

Volaba pero no sabía aterrizar, buscaba algo que hasta más tarde no sabía lo que era.


Daniel Boyano Sotillo





Artículo de vivencias de un viaje e ideas compartidas.

Semana sin compras en Riobamba


El pasado 23 de noviembre comenzó la Semana sin Compras en más de 60 países. Por ello el viernes 30 de noviembre El Huerto del Pozo organizó una Jornada sobre Autogestión, Decrecimiento, Desobediencia Civil y uso de la bicicleta con la proyección de varias películas y documentales y un pequeño foro en la Casa de la Cultura Ecuatoriana en Riobamba.
Nuestras opciones de consumo TIENEN EL POTENCIAL para cambiar muchos aspectos del mundo en que vivimos y nuestras opciones de organizarnos también.
El crecimiento económico sin freno es insostenible para nuestro medio y para el ser humano, esto lo sabíamos hace muchos años pero la crisis enfatiza la expectativa de facilitar nuevos hábitos sociales y constituye una oportunidad para avanzar en una sociedad donde se viva mejor, trabajando y consumiendo menos, ganando calidad de vida, materializando ya un nuevo sistema social de valores que reduzca las consecuencias perjudiciales y elimine las desigualdades.
Las sociedades de consumo son una trampa: construyen individuos que se sienten permanente y sistemáticamente insatisfechos con lo que tienen para que sigan consumiendo, generando frustración e infelicidad. Tenemos los más altos niveles de trastornos psíquicos en la historia de la Humanidad y una sociedad que se caracteriza por la insolidaridad y el individualismo desafiando a diario la sostenibilidad ecológica y social. Mientras tanto otras personas no pueden satisfacer ni las necesidades más básicas.
Pero cada día son más numerosas las iniciativas que denuncian y construyen alternativas. Así El Huerto del Pozo organiza estas actividades que además de ofrecer conocimiento sirven como laboratorio de ideas para el cambio.