Permacultura, ecoloxía, movimientos sociales, contrainformación, dreitos del home, cultura y muito más visto desde un pequeiñu güertu de Senabria sobre os llizaces del mundu rural, indixenista, llibertariu y ancestral
Permacultura, ecologìa, movimientos sociales, contrainformaciòn, derechos humanos, cultura y mucho màs visto desde un pequeño huerto de Sanabria sobre las bases del mundo rural, indigenista, libertario y ancestral

Clasificaciòn de la ciudadanìa actual


Abundan, en primer término, quienes se marginan más o menos voluntariamente de todo contacto con la política, indiferentes a sus vicisitudes y a sus efectos. Junto a ellos, se situarían los resignados que aceptan pasivamente o a regañadientes lo que se les ofrece porque no conciben ni disponen de una alternativa mejor.
Pero también aparecen quienes no se conforman con el statu quo y expresan su rechazo de dos maneras. Por un lado, se sitúan quienes procuran modificar «desde dentro» este estado de cosas, adoptando iniciativas reformistas de mayor o menor radicalidad. Por otro lado, se distingue la actitud de
los que dan por incorregible la política democrática tal como hoy se presenta y se esfuerzan por construir escenarios y modos alternativos de acción política. En el fenómeno de los «indignados» de los últimos meses se expresa esta combinación de rechazo radical de la política existente con un tanteo voluntarioso por explorar nuevas fórmulas.
Resignados, marginados, reformistas y alternativos constituirían, pues, cuatro grandes tipos ciudadanos en las democracias actuales. Según los observadores, marginados y resignados agruparían el gran grueso de la ciudadanía mientras que reformistas y alternativos formarían sendas minorías. Está
claro además que se trata de cuatro perfiles esquemáticos que no consiguen reflejar todos los matices de las situaciones reales en las que suelen predominar los ciudadanos «híbridos».


Fuente: Polìtica para apolìticos


Cuando reflexionemos sobre esta crisis, no nos parecerán lo más grave el robo que nos hacen los bancos y los polìticos, sino el escandaloso silencio de las buenas personas que no hicieron nada para evitarlo.


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